El deslumbramiento que producen el hielo y la nieve hace que las gafas de sol sean un accesorio indispensable durante los meses fríos del año

Gorro, guantes, bufanda,… cuando pensamos en el invierno, nos vienen estos accesorios esenciales a la mente. Son pocos los que piensan en añadir las gafas de sol a esta lista. Las gafas de sol son más bien un accesorio de verano ¿no? Pues no, todo lo contrario. Es al menos igual de importante proteger nuestros ojos en invierno como durante los meses calurosos del año. Sobre todo entre los meses de noviembre y marzo, cuando la radiación ultravioleta, dañina para nuestros ojos, es especialmente agresiva.
En verano, las gafas de sol son parte esencial de nuestra indumentaria. No sólo por su atractivo, sino porque protegen nuestros ojos de la luz brillante. Sin embargo, muchas personas desconocen que la radiación ultravioleta es mucho más peligrosa en invierno que en verano. En verano, el entorno verde refleja tan sólo un 6% de la luz, aproximadamente. En el caso de la nieve, sin embargo, la reflexión se acerca al 95%. Sólo gafas de sol con lentes de alta calidad ofrecen una protección efectiva contra inflamaciones oculares o daños más serios. Esto se debe a que la luz solar contiene niveles elevados de energía ultravioleta que pueden dañar la retina. Por esta razón, el dinero que hay que gastar en gafas de sol de alta calidad son una sabia inversión.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de comprar unas gafas de sol
El símbolo CE es importante. Este símbolo garantiza que el producto proporciona al menos un nivel mínimo de protección. Una directiva europea especifica que éste debe ser de al menos 380 nm. A este nivel, sin embargo, el 78% de la radiación sigue siendo absorbida por el ojo.
Por este motivo, las gafas de sol deberían ofrecer, idealmente, un rango de protección ultravioleta superior a 380 nm. Sólo las lentes con este nivel de protección son capaces de bloquear las dañinas ondas ultravioleta.
Las gafas de sol deben ser suficientemente grandes y adaptarse al tamaño y al contorno de la cara. Esta es la única forma de evitar que entre luz en los ojos desde el lateral o la parte superior de las gafas.
El factor de absorción juega un papel especialmente importante, debiendo ser suficientemente alto. El grado de oscuridad de las lentes graduadas depende del ámbito de aplicación de las gafas, los lugares en los que va a llevarlas o del tipo de deporte que va a practicar, junto con otros muchos factores. Un óptico optometrista puede aconsejarle a este respecto.
Lo mejor es comprar las gafas de sol en una óptica. Muestras tomadas al azar demuestran que las gafas vendidas en la calle presentan falsas características de calidad que pueden ser nocivas para la salud

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